Las reacciones adversas a los alimentos, incluidas las alergias alimentarias y otros procesos inmunomediados, representan un reto diagnóstico cada vez mayor en medicina veterinaria. La prueba de eliminación-provocación es el método de referencia para identificar estas patologías, siempre que se realice correctamente. La definición rigurosa del protocolo -incluyendo la selección adecuada de la dieta de eliminación, la duración del periodo de restricción y el esquema de reintroducción de alimentos- es esencial para garantizar unos resultados clínicos fiables. El dominio de este proceso es fundamental para un diagnóstico asertivo y la aplicación de un plan terapéutico eficaz.